La gelatina "Hola" morira pronto, relmente no me interesa que estarán haciendo otras personas, en ciertos momentos tampoco es muy interesante.
Tengo que salir y volar, buscar por todos lados y encontrar lo más esencial para rodar mi film, si he de caerme y desaparecer ¿quién sabe lo que suceda? quizás nada.
Hay que tener valor, si hay que matar a algunas tontas esperanzas o avivar ilusiones, hay que hacerlo sin perder el tiempo, con la convicción de que se hace realmente lo que se desea.
Ya cuando ve uno que no alcanza para los materiales de construcción y se tiene que hacer la casa en mucho tiempo, mejor meterse a un horno de microondas para complacer a los comensales. Ni modos, no se puede en comal. ¡Pero cuidado! Hay que ser precavido con los botones metálicos o la hebilla del cinturón.
Ya se está pudriendo el material, cuando vaya de nuevo a ver la obra quizás ya se estén desportillando las paredes, yo quería paredes solidas, pero pasaron malos tiempos, lluvias, tempestades, los albañiles no trabajaban como debían, por lo que ahora esa casa tiene todo el derecho de caerse, yo no quería, pero tal vez tenga que usar una de campaña, ya se ésta apagando la fogata a ver si Juan trae más leña, a ver si trae petróleo o mínimo a ver si se quita éste viento que no la deja vivir.
El roble es suficientemente grueso, pero cada vez lo veo más delgado, ya no lo veo tan maligno. Quizás sea ilusión óptica, o tal vez ya no me da miedo que caiga sobre mi, siento que no me lastimará ese palillito, ese roblesito obscuro, que no se ve para donde van sus ramas, ni sus raíces, quizás duré en desaparecer o caerse, no me importa lo que pase, lo que.... la explosión de la cabeza del misil, estruendosa, impactante, ruuidosa, los sensibles oídos de la jirafa zumbaron, en la tumba se revuelca una pareja de mosquitos, moscos perversos en ritos sagrados, ritos misteriosos, sobre la cruz se deja ver un cielo estrellado, azul tenue, relámpagos hacen parpadear y saltar de susto al niño que carece de riñón, en su lugar sus padres tienen una buena cantidad de dólares, el niño está casi muerto, sólo el deseo de matar antes de morir lo mantiene vivo. La madre vomita de vez en cuando, cuando ésta se acerca a ver al niño, cuando lo ve entre aparatos raros y costosos, cuestión de tiempo para que los órganos que mantienen con vida al niño den vida a perversos hombres, profesionales de la usurpación, que penden de un hilo, la araña les dará otra oportunidad.
Quizás el padre ya no vuelva a ser el mismo, quizás ya esté muerto, la maldad impera en él como en todo lo que lo rodea.
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